La Semana Santa es una festividad religiosa en la que cada año se conmemora la estadía de Jesucristo en la tierra, específicamente su muerte y resurrección. Estos días son representados por una serie de colores litúrgicos que sirven para hacer énfasis en el significado de la temporada.

Los colores que representan la Semana Mayor
Morado o púrpura: se usa durante el Lunes Santo, Martes Santo y Miércoles Santo, dado que simboliza la preparación espiritual y penitenciaría. Este color se asocia al luto, a su vez, invita a la reflexión y al arrepentimiento.
El Blanco: regularmente es más común verlo el Jueves Santo. Es sinónimo de la fe, la pureza, la vida y la luz, por lo que además de ser usado durante la Semana Mayor, también se usa en bautismos, matrimonios, eucaristías, etc.
El color blanco también puede ser usado el Sábado Santo, dado que es un día sobrio durante el cual no se realiza ninguna actividad litúrgica por la mañana, sino que se espera hasta la tarde para celebrar el nuevo bautismo que ha sellado Dios definitivamente para con la humanidad.
Negro: hace referencia al luto y a la tristeza, por lo que únicamente es utilizado el viernes Santos y en misas de difuntos.
El rojo: se usa el Domingo de Ramos o Domingo de Pasión y el Viernes Santo, este hace referencia a la sangre derramada por Jesucristo cuando fue crucificado, asimismo, representa el fuego vivo del Espíritu Santo.
Los colores anteriormente mencionados se utilizan durante la Semana Mayor, principalmente en ornamentos de acuerdo al día y a su respectivo significado. Se usan en días específicos con el objetivo de marcar diferentes momentos de la vida de Jesús, antes, durante y después del sacrificio que realizó en busca de que la humanidad sea perdonada por sus pecados.