Las albóndigas de pollo en salsa de queso, son una de las maneras más creativas, fáciles y de mayor sabor de nuestro menú en Yosper delicias.
Pequeñas pelotitas de sabor de suave textura y capaces de combinarse con cualquier guarnición, las albóndigas son uno de los platos más versátiles que hay.
Básicamente, las albóndigas se hacen a partir de carne molida, aliñada y con una salsa de acompañamiento. Este platillo ha sido uno de los más populares en la gastronomía mundial, desde hace muchos años.
Comúnmente, se hacen de carne de res molida, aunque hay variantes de cerdo, res y cerdo, pavo y por supuesto, pollo.
La carne de pollo, es una de las más completas de la naturaleza, su contenido de proteínas, su fácil preparación y su bajo precio, la hacen una carne muy valorada.
En el mundo entero, comemos anualmente casi 100 millones de toneladas de carne de pollo, en todos los países, culturas y religiones.
En nuestro recetario, tenemos muchas formas creativas y deliciosas recetas para cocinar pollo.
Nuestra receta de hoy de albóndigas de pollo en salsa de queso, te mostrará una de las maneras más creativas de presentar un delicioso almuerzo o una rica cena.
Aunque esta forma de presentación, también puede ser una deliciosa manera de disfrutar de una tarde de amigos o como aperitivo durante una buena peli.
Fáciles de hacer, de gran sabor y posibles de combinar con cualquier guarnición, estas albóndigas de pollo, serán uno de tus platos estrella.
Veamos cómo hacer esta deliciosa manera de comer albóndigas de pollo.
Ingredientes de albóndigas de pollo en salsa de queso
Receta para compartir
- Perejil a gusto
- 2 cebollas rojas
- 1 ½ libra (750 GR) de pechuga de pollo sin piel y deshuesada
- 2 cucharadas de sazón licuado
- 2 cubitos de pollo (sopista)
- Sal a gusto
- 3 huevos
- 3 rodajas de pan de molde
- 3 tazas de crema de leche
- Harina de trigo a gusto
- ¼ taza de aceite verde
- Queso de tu preferencia a gusto
Como preparar las albóndigas de pollo en salsa de queso
Esta es una receta que requiere de pocos utensilios. Pero, como siempre, te recomendamos tener todo listo antes de comenzar.
Para hacer las albóndigas de pollo en salsa de pollo, vamos a necesitar:
- 1 tabla de cortar
- 1 cuchillo grande
- 1 sartén grande
- 1 bol grande
- 1 procesador de alimentos (o una licuadora de velocidad regulable)
Además de esto, vamos a cortar en cuadritos muy finos una cebolla roja y perejil.
Paso 1: El pollo
Si no tenemos las pechugas limpias, debemos quitar la piel, huesos y cartílagos.
Una vez que estén limpias, vamos a cortarlas en cuadros de más o menos 3 cm de ancho.
En un procesador de alimentos, vamos a introducir los trozos de pechuga de pollo, para convertirlos en carne de pollo molida. Esto puede hacerse en una licuadora de velocidad regulable, en la velocidad más baja.
Si no tienes procesador de alimentos, puedes pedir al carnicero que pase las pechugas por el molino de carne. Con gusto podrá procesarte estas pechugas de pollo, sin problema.
Paso 2: Las albóndigas de pollo
Una vez que hemos procesado las pechugas de pollo, procedemos a hacer las pechugas.
En un bol, vamos a agregar la carne de pollo molida y agregamos 2 cucharadas de sazón licuado.
Hacer un sazón licuado es muy sencillo y útil para cientos de recetas. En una licuadora procesa 1 diente de ajo, perejil y cilantro en partes iguales, ¼ de cebolla, aceite, sal, pimienta y una cucharada de vinagre blanco. Puedes agregar picante, cebollín u otro ingrediente para personalizarla al máximo.
Agregamos también un cubito de pollo para sopas, este cubito, debemos desmenuzar con las manos. Agregamos sal y pimienta a gusto.
Añadimos la mitad de la cebolla que previamente hemos cortado finamente y los 3 huevos enteros con perejil a gusto. Mezclamos muy bien.
En un plato hondo vamos a remojar 3 rebanadas de pan de molde con dos tazas de crema de leche. Podemos hacerlo con pan integral o usar rebanadas del pan del día anterior.
Esta es una de las formas más deliciosas de reusar el pan. En la cocina, se deben aprovechar todos los ingredientes y procurar desperdiciar en lo mínimo.
Vamos a agregar este pan remojado en leche a la mezcla del pollo y mezclamos muy bien para integrar todos los elementos.
Por último, vamos a añadir harina de trigo a demanda. Es decir, vamos a ir agregando de a poco hasta encontrar la textura necesaria.
Reservamos en el refrigerador por unos 20 minutos.
En una sartén grande a fuego medio-alto, vamos a añadir un buen chorro de aceite verde, lo suficiente para cubrir la superficie de la sartén.
Con la ayuda de una cuchara, vamos a ir añadiendo la mezcla de las albóndigas de pollo. Vamos a tratar de separar entre sí las albóndigas de pollo por unos centímetros, para que no se peguen.
Las vamos a cocinar por unos 10 minutos por lado o hasta que tomen un color dorado muy apetitoso. Reservamos
Paso 3: La salsa de queso
En una sartén, vamos a agregar un chorrito de aceite verde y una vez que haya tomado calor, agregamos la cebolla cortada. Esta es la mitad que nos había quedado de la cebolla entera que previamente habíamos cortado en cuadritos.
Dejamos que la cebolla cristalice y tome una apariencia transparente. Agregamos un cubito de pollo desmenuzado y una taza de crema de leche.
Cocinamos a fuego medio-bajo por unos 10 minutos, revolvemos bien para que los ingredientes se vayan mezclando de manera homogénea.
Añadimos el queso de nuestra preferencia. Podemos agregar mezclas de nuestros quesos preferidos y revolvemos para que se derritan. De esta manera, se integran a la salsa de manera perfecta.
El emplatado es muy sencillo. En una bonita fuente vamos a disponer las albóndigas de pollo. En un plato hondo o una bonita salsera, colocamos en el centro la salsa de queso.
La idea es que cada comensal pueda mojar la albóndiga de pollo en la salsa de queso y disfrutar de esta delicia.
Si dispones este plato para una comida individual, puedes hacer como guarnición una rica ensalada fresca o unos vegetales salteados.